Una de las salsas más
conocidas en la cocina. Se emplea en muchos platos, aportando más sabor.
Existen versiones
diferentes, pero aquí os enseño a hacerla de la forma tradicional.
INGREDIENTES: (para unos 150 ml)
1/2 litro de leche. 3 cucharadas de mantequilla (o 4 de Aceite de oliva). 3
cucharadas colmadas de harina. Sal. Nuez moscada.
ELABORACIÓN:
En un
cazo, poner a calentar, a fuego suave, la mantequilla (o el aceite de oliva en este caso).
Cuando funda,
agregar la harina, mezclando bien con la varilla hasta que se integre.
Mantener
unos minutos a fuego medio, sin dejar de remover, para que la harina se cocine
bien.
Verter la
leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta conseguir una crema homogénea.
Echar sal
y una pizca de nuez moscada.
Seguir cocinando unos minutos.
Retirar del fuego cuando alcance la consistencia que
necesitemos.
El color que le veis a esta salsa, es debido a que he empleado
harina integral.
CONSEJO /
TRUCO:
Truco 1: Para que no se formen grumos, hay que añadir la
leche poco a poco, y sin dejar de remover.
Truco 2: Si se aprecia demasiado líquida, mantener más tiempo
a fuego lento. Si, por el contrario se ve muy espesa, añadir un poco más de
leche y remover hasta que quede bien.
Truco 3: Si no se va a usar en el momento, pasar a un
recipiente y tapar con papel film. Éste debe estar en contacto con la masa,
para que no se forme costra en la parte superior.
¿SABÍAS QUE…?:
La textura que debe tener esta salsa, dependerá de
para qué vayamos a usarla. Por tanto, cuando adquiera el espesor que nos
interese, retirar del fuego. Hay que tener en cuenta, que espesará un poco más.
No dudéis en hacerme llegar vuestros comentarios.
¡¡Muchas gracias!!
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